Sobreabundancia de la información

Hablar del tema de gestión de la información del alumnado y el papel que han de jugar los docentes en el desarrollo de esta competencia, inicia, desde mi perspectiva con entender las nuevas necesidades, las nuevas habilidades que requieren hoy los alumnos y los docentes y están relacionadas con la alfabetización en la información.

Es importante reconocer (Benito, 1999) que la principal herramienta de comienzos del este nuevo milenio no serán los ordenadores, sino el propio conocimiento, modelado por las estrategias cognitivas que facilitan la toma de decisiones y la solución de problemas, utilizando los recursos más apropiados, así como las disposiciones afectivas que promueven el interés para aprender a lo largo de la vida y la autoconfianza en las propias capacidades.

Podemos señalar un triple reto para la escuela (Majó, 1997):

  • Afrontar el peligro de la excesiva concentración de poder económico en la sociedad de la información.
  • Abordar críticamente la dimensión política de la información y el poder manifiesto en los procesos de elaboración y distribución de la misma.
  • Dar respuesta al peligro de la exclusión de sectores sociales, por razones geográficas (porque no resulte rentable que las redes lleguen hasta ciertas zonas), económicas (si la sociedad de la información es de peaje, sólo podrán participar en ella los que puedan pagar) e intelectuales (por falta de formación adecuada).

Ver: Nuevas necesidades, nuevas habilidades. Fundamentos de la alfabetización en información http://eprints.rclis.org/6717/2/EMPEUIcap1.pdf

En relación a la dimensión información es claro que la necesidad de ser capaz de usar información eficazmente ha llegado a ser en muchos casos más importante que la adquisición de información en sí misma.

Podemos decir que los aprendices eficaces son aquellos que están alfabetizados en información. “Alfabetización en información” es sinónimo de saber estrategias y modelos para enseñar a usar la información cómo aprender. Esto quiere decir que la capacidad para procesar y usar información efectivamente es más que una herramienta básica para el enriquecimiento de los estudiantes en la escuela. Es de hecho la herramienta de supervivencia básica para aquellos que desean tener éxito en las próximas décadas (Australian, 1993).

Por ello, se hace fundamental la educación de las habilidades de información, que sería misión tanto de los docentes como de los profesionales que intermedian en la información. La mejora de las habilidades de información tiene que ver con otras competencias como la comprensión lectora, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la habilidad para analizar y sintetizar, las habilidades de comunicación. Por eso las habilidades de información no pueden ejercitarse en forma aislada sino como una herramienta más para desenvolverse en la vida.

Carta de los derechos del alumno en la era de la información (ACTL, 1995)

 

Nuestros alumnos se enfrentan a un futuro rico en información, en el que el cambio será una de las constantes de sus vidas. Para que puedan adaptarse y realizar plenamente su potencial, deberán ser capaces de aprender durante toda su vida y tomar decisiones de manera autónoma. Creemos que conviene suministrar a todo alumno la posibilidad de

  • dominar las habilidades necesarias para acceder a la información, cualquiera que sea el soporte que la vehicule (impreso, no impreso, electrónico);
  • comprender y dominar las habilidades eficaces de búsqueda de información y de presentación de los resultados;
  • desarrollar habilidades para evaluar, extraer, sintetizar y utilizar la información proveniente de una variedad de fuentes y medias;
  • utilizar los datos y la información para ampliar su base de conocimiento personal;
  • explorar maneras creativas de utilizar la información;
  • comprender su herencia cultural y su historia, así como la cultura y la historia de otras sociedades y grupos sociales;
  • mejorar su capacidad para conocerse a sí mismos adquiriendo el placer de la lectura
  • explorar los valores y creencias de otros leyendo obras del mundo entero;
  • pensar de manera crítica y tomar decisiones en función de las necesidades y valores de cada uno, así como en función de la evidencia de los hechos;
  • participar activamente en las decisiones concernientes a su propio aprendizaje.

Dado que la información es un elemento vital para el desarrollo del pensamiento crítico y para una toma de decisiones autónoma, resulta que el acceso a un cuerpo de información que no cesa de crecer es vital para el desarrollo del potencial de cada alumno. Creemos, en consecuencia, que todos los alumnos deberían tener el derecho:

  • a tener acceso, en su aprendizaje, a un amplio abanico de recursos de un nivel apropiado (impresos, no impresos y electrónicos);
  • a explorar documentos que presenten una variedad de opiniones y perspectivas;
  • a escoger libremente cualquier lectura, así

Ver Alfabetización informacional http://youtu.be/Ci3bGLXE2C0  y  Competencias para manejar información http://www.eduteka.org/modulos/1/3/

 

Australian School Library Association. (1993) Learning for the future: developing in-formation services in Australian Schools. Curriculum Corporation, 1993. http://www.w3c2.com.au/asla/p_infol.html

Association for Teacher-Librarianship in Canadá (1995) Carta de los derechos del alumno en la era de la información. http://www.sbe.saskatoon.sk.ca/~atlc.

Benito Morales, F. (1999) “Sociedad de la información y bibliotecas escolares”. Prime-res Jornades de Biblioteques Escolars, Barcelona, 18, 19 y 20 de marzo de 1999.

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